El crédito inteligente es un tipo de financiamiento diseñado especialmente para clientes que esperan cambiar su auto con relativa frecuencia, por ejemplo, cada tres o cuatro años. También es una excelente opción para quienes no cuentan con una renta suficiente para calificar a un crédito convencional.
Recordemos que solo un porcentaje determinado de tu ingreso mensual puede ser comprometido para pagar las cuotas de un crédito, por lo tanto, si no alcanzas el monto que requieres para cubrir la cuota del auto que deseas comprar con la modalidad convencional, una opción que podrías explorar es el crédito inteligente.
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En este artículo te contaré más sobre este tipo de crédito para que puedas estar más informado a la hora de comprar un auto. ¡Sigue leyendo para conocer más!
¿En qué se diferencia el crédito inteligente del convencional?
El crédito inteligente está diseñado para pagar en cuotas entre el 30% y el 40% del auto, en un plazo de 24, 36 o 48 meses. A lo largo de este período, la cuota a pagar será exactamente la misma y ya lleva incluidas las tasas de intereses y los gastos operativos correspondientes al valor total financiado.
Una vez transcurrido este plazo, tienes un saldo del 40% o 50% (depende de cómo se hayan pactado las condiciones al principio) del monto del vehículo que te resta por pagar. En este punto, puedes elegir una de estas tres opciones:
Renovar el auto
Esta es la primera alternativa a tomar en cuenta, ya que esta modalidad de crédito se pensó precisamente para quienes desean cambiar su vehículo con frecuencia y tener siempre un auto nuevo con frecuencia. De hecho, es posible que en ese punto de tu vida te haya crecido la familia y necesites algo más grande. Por muchas razones inherentes a la propia concepción de este producto financiero, la primera opción siempre será la renovación.
Si te decides por esta alternativa, la financiera o banco tasa el auto para recibirlo como parte de pago del saldo que te resta por pagar. Es posible que la tasación del vehículo sea superior al valor de la deuda, y en este caso tendrás un monto a tu favor para usar como pie para tu nuevo auto.
Lo mejor de esta opción es que usarás el auto durante sus primeros años y luego podrás optar a otro auto nuevo con comodidad. Pero por otro lado, el algún momento vas a querer cerrar el ciclo y quedarte con el vehículo o venderlo, y para ello está la alternativa que te presentamos a continuación.
Conservar el auto
Si decides que prefieres quedarte con el auto luego de haber pagado todas las cuotas estipuladas en el contrato de financiamiento, deberás pagar en un solo giro o “cuotón”, que equivale al 40% o 50% del monto total del auto cuando estaba nuevo. Este monto se denomina Valor Futuro Mínimo Garantizado (VFMG) y se te informa al momento de la venta del auto.
Devolver el auto
Si al finalizar el pago de tu crédito inteligente no quieres quedarte con el auto, ni adquirir uno nuevo, tienes la opción de regresar el vehículo.
Si te decides por esta opción, la automotora o financiera tasa tu auto para recibirlo como parte de pago y saldar tu crédito. Igual que ocurre en la opción de renovarlo, en caso que el si la tasación del auto resulta mayor al VFMG, tendrás un saldo a tu favor que te será devuelto.
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El crédito convencional
Es el financiamiento clásico donde entregas un pie (mínimo 20% del valor del vehículo) y el saldo restante se te divide en pagos mensuales exactamente iguales, que pueden ser entre 24 y 48 cuotas mensuales, hasta la extinción de la deuda.
Una vez terminas de pagar la última cuota, el auto queda completamente a tu nombre y liberado de prenda o cualquier otra limitación al dominio.
Hagamos un ejercicio…
Para comprender mejor la diferencia entre ambos tipos de financiamiento, podemos hacer un pequeño ejercicio de proyección que nos sirva como ejemplo.
Si proyectamos un crédito convencional para un auto de, por poner una cifra, $9.690.000, tendrías que tener un pie $1.950.000 y quedarías pagando cuotas de aproximadamente $330.000.
Si en cambio optas por un crédito inteligente, estamos hablando de congelar el 40% del valor del auto ($3.876.000) y lo llevamos a la cuota 49 o cuotón sin generar intereses, la cuál se pagaría al final del plazo del crédito (dentro de cuatro años). Con esta modalidad, el monto de las 48 cuotas mensuales bajaría aproximadamente a $270.000.
Para tomar una decisión entre una u otra alternativa, debes evaluar no solo tu situación financiera actual, sino también cómo proyectas que será en el futuro y durante el plazo del crédito. Además, debes tomar en cuenta el tiempo que deseas conservar el vehículo, si prefieres renovarlo a los pocos años o asegurar rápido su propiedad.
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