¿Compras por ansiedad o necesidad?

¿Has notado que de repente tienes un montón de cosas en tu casa que no necesitas? Pero aún así sientes el terrible deseo de adquirir más y más?. Actualmente, con posibilidad de hacerlo online es mucho más fácil sucumbir ante la provocadora tentación de las compras impulsivas… ¡ya casi todo esta al alcance de un botón!

La “alegría” de comprar al alcance de tu mano

Algunas veces compramos desde la emoción, es decir, desde la expectativa de cómo me voy a sentir cuando lo tenga, y ante ello nos embriaga esa sensación de ilusión y hype, llegando incluso algunas personas a experimentar una euforia que en ocasiones no se debe a poseer algo sino al acto mismo de comprarlo.

Para explicarlo mejor, imagina que vas caminando por una calle muy comercial, de pronto miras la vidriera de una tienda y ves ése objeto tan llamativo que captura inmediatamente tu atención. Inmediatamente comienzas a imaginar lo bonito que se vería en tu casa, en tu auto o en ti.

El boom de la compra online

Y ya no solo nos pasa al andar en la calle, sino cuando estás en tu cama viendo las redes sociales y aparece en tu móvil la publicidad de eso en que habías estado fantaseando o que te provocaba comer. Y lo mejor y a la vez lo peor, es que está a tu alcance solo con un par de clicks, porque además tu tarjeta ya está vinculada a la app y ni siquiera necesitarás levantarte para anotar los datos.

Allí dentro de esa burbuja de alegría de la compra jamás se te ocurrirá que quizás hiciste una compra impulsiva. Simplemente estás “feliz” por tu nueva adquisición, y esta emoción puede volverse adictiva porque todos nos queremos sentir bien. 

Compras por ansiedad:  ¿Vacío emocional?

Algunos investigadores señalan que las compras compulsivas recurrentes son un intento de llenar un vacío emocional. Podríamos estar ocupando la emoción de la compra para enfrentar la soledad, alguna tristeza, la falta de control o la falta de autoestima. También puede ocurrir que una emoción desagradable como la rabia, la tristeza, o la frustración producto de alguna situación, desencadene el impulso de comprar. 

No obstante, la disminución de las emociones desagradables al comprar es momentánea. La burbuja de alegría y euforia acaba por reventar y cuando ello ocurre regresan las emociones anteriores, y además puede aparecer la ansiedad o la culpa (Donnelly et al., 2016) al considerar irresponsable la compra que hicimos, pudiendo convertirse un círculo vicioso, al buscar “solución” al nuevo sentimiento de culpa y el remordimiento a través de otra compra

En otras ocasiones, nos volvemos indulgentes con nosotros mismos y comenzamos a buscar razones para justificar la compra. Es cuando aparece el clásico “me lo merezco”. Y sí, lo más seguro es que sí te lo merezcas, pero también cabe preguntarse: ¿lo necesito?

¿Cuándo comprar se vuelve un problema?

La acción de comprar en sí misma no es un problema, sin embargo, puede llegar a serlo cuando lo hacemos excesivamente, cuando adquirimos cosas que no necesitamos sólo porque podemos, cuando ocupamos dinero que no tenemos o nos endeudamos por encima de nuestras capacidades. 

Aquí tienes algunos indicios que te ayudarán a reconocer cuándo tus conductas de compra son un problema:

  • Mientes sobre las compras que haces.
  • El acto de comprar te genera una sensación de bienestar o euforia, o por el contrario te hace suprimir emociones desagradables.
  • Luego de comprar te sientes culpable
  • Cuando no tienes dinero, ocupas las tarjetas o las líneas de crédito.
  • Has intentado dejar de comprar, pero no puedes.
  • Comprometes tus finanzas personale más allá de tu capacidad de pago
  • Cuando comienzas a notar que muchos de los productos que compras puedan quedar eternamente guardados, porque jamás los usas

Entonces… ¿qué hago?

Si ya conocemos y admitimos que tenemos un problema con las compras, estas son algunas medidas que podemos adoptar para combatirlo:

  • Identifica por qué y cómo tus compras inicialmente se convirtieron en un problema. 
  • Antes de comprar haz un chequeo: ¿estoy intentando evadir alguna emoción desagradable? ¿de verdad lo necesito?
  • Si es una compra online y no es urgente, espera al siguiente día a ver si aún sientes la necesidad de comprarla.
  • Recuerda siempre que la sensación de bienestar al comprar desaparece.
  • Busca consejos sobre cómo administrar mejor tarjetas de crédito, por ejemplo no vincular la tarjeta de crédito a las aplicaciones de delivery o marketplace.
  • Procura usar tarjetas de prepago virtual, como Match o Tempo.
  • Prefiere el efectivo, generalmente ayuda a reducir el gasto excesivo.
  • Haz listas de compras de compras. Esto te ayudará a convencerte de que lo único que necesitas se encuentra en dicha lista.

Si consideras que las compras compulsivas se han vuelto un problema significativo que está afectando tus finanzas y tu vida cotidiana, es necesario que acudas algún familiar o a un psicólogo que pueda ayudarte en el control de los impulsos y a encontrar alternativas distintas a las compras para afrontar las situaciones negativas o desagradables.

Conclusión

Espero que esta información pueda ayudarte a identificar esos momentos de “compras compulsivas” y gestionarlos de una manera sana, que no impacte en tu perfil crediticio ni en tu bienestar emocional.

Para más información que ayude a tus finanzas, puedes ver otros artículos en nuestra sección de educación financiera en el Blog de  Galgo.

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