La deportividad de la Yamaha R3 no es sólo una cuestión estética, su propulsor se encuentra a la altura de esa imagen proyectada por lo que estaríamos hablando de una potencia de 42 CV. Se trata de una cifra interesante y más que suficientes para poner en aprietos a motos más potentes pero también más pesadas y menos ágiles.
Es una montura que exige llevarla en la zona alta para sacar todo su potencial, pero con el suficiente par como para poder circular con comodidad a baja velocidad en ciudad.
Una superdeportiva que te hará sentir toda la emoción de un piloto de alta competencia
¡Vive la adrenalina a bordo de este clásico de Yamaha!
Una moto para verdaderos apasionados del racing. Tecnología y calidad japonesa que conquista las pistas de todo el mundo.